CHAT con el Profe Alonso Carlos

miércoles, 3 de marzo de 2010

LECTURA 3

 

Bioética: Reto de la Postmodernidad

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La Ingeniería Genética,

la Biotecnología

y su Perspectiva Bioética         

Se encuentran los científicos invitados a continuar en sus esfuerzos investigativos permaneciendo

siempre en el horizonte sapiencial en el cual los logros científicos y tecnológicos están

acompañados por los valores filosóficos y éticos, que son una manifestación característica e

imprescindible de la persona humana

27

JUAN PABLO II

GENERALIDADES

El siglo XXI se ha iniciado marcado por la hegemonía del mundo de lo Bio-, la Biología, la

Bioquímica, Bioinorgánica, Biofísica, Biomedicina, Biomecánica, Biogeografía, Biodiná-mica,

Bioestadística, entre otras áreas científicas, experi-mentan un gran desarrollo impulsadas por el

caudal de conocimientos acumulados y por los grandes avances en materia de instrumentación

científica. Alrededor del mundo, los grupos de investigación de las universidades o de las

grandes empresas, producen diariamente contribuciones al conocimiento científico-tecnológico

a una velocidad impre-sionante. Se trata quizá, como señala José Lezama, del triunfo de la

tecnología posmoderna como un impulso infinito hacia adelante y hacia arriba. Es la victoria del

hombre en su calidad de homo faber, que a través de la tecnología, se impone sobre la

naturaleza propia del homo sapiens, a quien antes asistía . Este enfrentamiento entre dos

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formas de ver las relaciones del hombre con su entorno natural ya lo había prefigurado Jean-

Jaques Rousseau (1712-1778) en su "Discurso sobre la Desigualdad entre los Hombres", de

1755. En su Discurso, Rousseau plantea un debate entre el "hombre en estado natural" y el

"hombre en estado de reflexión"; el primero un hombre que "convive" con la naturaleza y el

segundo un hombre que "utiliza" o "se sirve de" la naturaleza. Es muy elocuente la cita de

Aristóteles con la cual Rousseau apertura su Discurso: "Non in depravais, sed in his quae bene

secundum naturam se habent, considerandum est quid sit naturale" (Hay que estudiar lo natural

no en los seres depravados, sino en los que se comportan según la naturaleza). Rousseau

intenta describir dos visiones del mundo: "Lo que con todo ello nos enseña la reflexión, lo

confirma perfectamente la experien-cia. El hombre salvaje [hombre en estado natural] y el

hombre social [hombre en estado de reflexión] difieren de tal modo en el fondo del corazón y en

sus inclinaciones, que lo que constituye la suprema dicha de uno, pone en desesperación al

otro. El primero sólo aspira calma y libertad y no quiere más que vivir y estar ocioso, y aun la

misma ataraxia del estoico no da una idea bastante exacta de su profunda indiferencia por

cualquiera otro objeto. Por el contrario, el ciudadano, siempre activo, suda, se agita, se

atormenta, sin cesar en busca de ocupaciones todavía más laboriosas; trabaja hasta morir,

incluso corre hacia la muerte para ponerse en condiciones de vida o renuncia a ésta por adquirir

27

Juan Pablo II; Encíclica Fides et Ratio, Nº 106. Roma, 1998.

28

José R. Lezama; Antropología, Bioética e Ingeniería Genética. Ediciones UCAB: Caracas, 2002.


 

 

Ricardo R. Contreras

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la inmortalidad" . Este último fragmento quizá aclara en buena medida las aspiraciones del

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homo faber, un hombre industrioso que desea someter las cosas a su designio, en muchas

ocasiones, obviando las consecuen-cias. Este afán de dominio del hombre sobre la naturaleza

debe ser repensado. La bioética exige del homo faber una mayor responsabilidad en lo

referente al trato que debe dar al medio ambiente que lo rodea. Es que el dominio del hombre,

afirmado en las Sagradas Escrituras, puede ser mal entendido y deformado por un hombre más

bien egoísta, que con frecuencia ha actuado más como un tirano loco que como un gobernador

sabio e inteligente . Hoy, más que nunca, y como consecuencia del vertiginoso desarrollo

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industrial y tecnológico, se impone un modo de actuar distinto. El hombre frente a la naturaleza

debe actuar más como un "administrador" de los bienes que le son entregados como cabeza de

la escala evolutiva, y aceptar la responsabilidad frente a las futuras generaciones, quienes

serán las directamente afectadas por el uso que le demos a estos bienes, que decimos

"renovables", pero que quizá dejen de serlo.

La ingeniería genética y todas las técnicas derivadas de la biotecnología plantean con fuerza

este último debate. La manipulación de las especies animales y vegetales, así como la del

propio ser humano, podrían devenir en situaciones catastróficas si no son aplicadas bajo un

régimen de conciencia, en el cual prive el bien ulterior del hombre y la armonía con el medio

ambiente que le sirve de sustento.

El juicio acerca del bien que todas estas tecnologías de manipulación del patrimonio genético

puede proveer, pasa por una maduración de las razones que justifican su aplicación. Además,

se debe contabilizar, en el caso de las biotecnologías aplicadas al mundo vegetal y animal, el

impacto que tendría una eventual disminución de la biodiversidad . Sabemos que existen

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razones ingentes para mejorar la calidad de vida y para resolver problemas actuales de hambre

en regiones agobiadas por años de sequías y plagas que destruyen cosechas. Entonces, la

biotecnología surge con soluciones que van desde crear cultivos cuyo rendimiento supera con

creces las variedades naturales, hasta sembrar especies transgénicas, que producen su propio

plaguicida. Pero, ¿se justifica esto cuan-do los agricultores de distintas latitudes se ven en la

necesidad de usar sus cosechas como forma de protesta por la falta de políticas agrícolas

adecuadas o por prácticas comerciales injustas?

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El debate está en pie y, por ejemplo, la

Comisión Europea y hasta el gobierno de Etiopía han señalado que los transgénicos no

necesariamente constitu-yen por sí mismos una solución al problema del hambre en el mundo .

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Es claro que existen y existirán escenarios en los cuales se deba recurrir a la biotecnología

como una vía para resolverle problemas al hombre, pero siempre se deberá evaluar con mucho

cuidado la repercusión que puedan tener para el bienestar de la humanidad, interpre-tando

bienestar no sólo desde el punto de vista de la salud humana, sino desde el punto de vista de la

29

Jean-Jaques Rousseau; Discurso sobre las Desigualdad entre los Hombres. Traducción de José López y López, Ediciones

Aguilar: Buenos Aires, 1963.

30

L'Osservatore Romano, 28/06/2002.

31

Marcos López Torres; Educación Ecológica. Editorial Trillas: México, 1998; p. 88-89. "Biodiversidad o diversidad biológica: Es la

propiedad de las distintas entidades vivas, de ser variadas. Así, cada clase de entidad, gen, célula, individuo, comunidad o

ecosistema– tiene más de una manifestación. La diversidad es una característica fundamental de todos los sistemas biológicos. Se

manifiesta en todos los niveles jerárquicos: de las moléculas a los ecosistemas. Además del significado que en sí misma tiene la

biodiversidad, es también un parámetro útil en el estudio y la descripción de las comunidades ecológicas. Al considerar que la

diversidad en una comunidad dada depende de la manera en que se reparten los recursos ambientales y la energía mediante

sistemas biológicos complejos, su estudio puede ser una de las aproximaciones más útiles en el análisis comparado de

comunidades o regiones naturales. La biodiversidad es, quizá, el parámetro para medir el efecto directo o indirecto de las

actividades humanas en los ecosistemas. En otras palabras, es la cantidad y proporción de los diferentes elementos biológicos que

contenga un sistema.

32

(a)

Boletín informativo de El Mundo (Madrid): Productores de frutas y hortalizas protestan en Madrid, 19/11/2003. Los productores

franceses de frutas reinician su campaña de protestas, 28/04/1998. Protesta de productores españoles de tomates, 26/01/2001.

(b) Boletín informativo de la BBC (Londres): Protesta de agricultores surcoreanos del arroz, 29/12/2003.

33

Boletín informativo de la BBC (Londres), 24/06/2003.


 

 

Bioética: Reto de la Postmodernidad

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salud del medio ambiente, que a fin de cuentas sirve a la humanidad de plataforma para su

desarrollo y conservación.

Cuando las biotecnologías caen en un campo estrictamente humano, como sería el caso de la

ingeniería genética, su valoración se complica aún más, pues se trata de intervenir o manipular

directamente el patrimonio genético del hombre. Hablando con cientificidad, la ingeniería

genética se contempla positivamente como el conocimiento de los genes con vista a una terapia

clínica de enfermedades hereditarias, a través de la intervención directa sobre los genes

responsables de la misma. El problema con estas prácticas, es que no siempre éste es el

espíritu que priva en su aplicación. Una intervención directa sobre los genes se puede

transformar en un instrumento de control radical de la vida humana, por parte no sólo de

científicos o especialistas de la biomedicina, sino de regímenes políticos. Esta tentación se

incrementa en la misma medida en que las técnicas se hacen más asequibles, por la

disponibilidad de personal especializado y por el desarrollo de instrumentos cada vez más

eficientes y fáciles de manejar. Luego, crece la necesidad de reflexionar sobre los aspectos

éticos de esas intervenciones que son capaces de modificar el "proyecto biológico natural" de

los seres humanos y de todos los seres vivos.

Las posibilidades terapéuticas de las biotecnologías son obvias; por ejemplo, a través del

desarrollo de animales transgénicos para obtener fármacos contra el cáncer o la diabetes. Pero

estas técnicas también ofrecen posibilidades siniestras como generar monstruos humanos o

utilizar las técnicas como medio a través del cual se pueda subyugar al hombre mediante un

control radical de su código genético. Surge entonces la posibilidad de un nuevo tipo de

discriminación, la "discriminación genética". Se hace posible que empresas o gobiernos pueden

valerse de "test genéticos" para coartar los derechos y libertades de individuos o incluso de

colectivos. En el campo de la ciencia ficción ya se ha reflexionado sobre el tema en "Un Mundo

Feliz" de A. Huxley, de 1932, y más recientemente en la película de Andrew Niccol, Gattaca, de

1997, una película futurista cuyo guión describe una sociedad dominada por individuos

genéticamente predeterminados, que discriminan a los individuos nacidos por vías naturales. El

filme de Niccol nos lleva a hacer varios cuestionamientos como: ¿la mani-pulación genética es

la solución a todos los problemas? ¿La voluntad humana, el espíritu de superación, los

sueños... están en los genes? ¿La búsqueda de la perfección puede conducir a la humanidad a

una trampa?

El criterio de juicio en materia de ingeniería genética y biotecnología debe principiar por

reconocer que no todo lo que es tecnológicamente posible es moralmente aceptable.


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