Asesino de Oslo se declara inocente por matanza de 77 personas
Al iniciar su juicio, Anders Behring Breivik saludó con el brazo derecho extendido a la asistencia, integrada en parte por familiares de sus víctimas.
Oslo • Anders Behring Breivik saludó con el puño derecho y se declaró penalmente inocente por la matanza de 77 personas en Noruega en julio pasado, cuya autoría admitió al iniciarse su juicio este lunes en Oslo.
La jueza Wenche Elizabeth Arntzen inició las deliberaciones tras la entrada de Breivik a la sala, quien una vez despojado de las esposas hizo su saludo de extrema derecha a la asistencia, integrada en parte por familiares de sus víctimas, antes de cuestionar la legitimidad de la corte que lo juzga.
Breivik, de 33 años, saludó con el brazo derecho extendido tras golpearse el pecho a la altura del corazón con el puño cerrado, gesto que según su manifiesto publicado en internet significa "la fuerza, el honor y el desafío a los tiranos marxistas de Europa".
Vestido con traje oscuro, camisa blanca y corbata ocre, Breivik declaró su identidad, fecha de nacimiento y corrigió a la jueza cuando ésta lo presentó como desocupado: "Eso no es cierto", dijo. "Soy escritor", precisó, antes de anunciar que está escribiendo un libro en la cárcel.
El 22 de julio de 2011, Breivik, que dijo actuar en protesta contra la islamización de Europa, mató primero a ocho personas al detonar una bomba a los pies de la torre que alberga la sede del primer ministro laborista, ausente en el momento del atentado.
Luego, disfrazado de policía, durante más de una hora disparó contra miembros de la Juventudes Laboristas reunidos en un campamento de verano en la isla de Utoya, cerca de Oslo, que dejó otras 69 víctimas, esencialmente adolescentes.
Rodeado de importantes medidas de seguridad y con amplia cobertura de los medios, el juicio sobre la matanza más sangrienta perpetrada en Noruega desde la Segunda Guerra Mundial comenzó a las 09H00 locales (07H00 GMT).
Los cuatro expertos psiquiatras que observarán a Breivik durante todo el proceso, así como los abogados defensores y los fiscales, también estaban presentes en la apertura del juicio.
La fiscal Inga Bejer Engh leyó el acta de acusación y los nombres de las ocho víctimas de la explosión de un coche bomba cerca de la sede del gobierno noruego, precisando las causas de su muerte y los daños materiales causados por la explosión. En ese momento, Breivik mantuvo la mirada baja y parecía estar leyendo un documento.
Posteriormente, la fiscal abordó la matanza de los 69 jóvenes en la isla de Utoeya. En la sala reinaba un silencio casi religioso, y sólo se escuchaba la letanía de nombres enumerados por Bejer Engh. Breivik mantuvo la cabeza agachada.
"Reconozco los hechos, pero no reconozco mi culpabilidad" en el sentido penal, dijo el acusado.
El principal punto de interrogación del juicio que durará unas 10 semanas será el de la salud mental del acusado.
Juzgado psicótico y por lo tanto penalmente irresponsable en un primer informe de los psiquiatras el año pasado, el acusado fue luego declarado penalmente responsable por un nuevo informe publicado el 10 de abril.
En último recurso, serán los cinco jueces del tribunal de Oslo quienes tendrán que decidir sobre esta delicada cuestión en su veredicto que se espera en julio.
Si Breivik es finalmente reconocido como penalmente responsable, se arriesga a 21 años de cárcel, una pena que podría ser prolongada mientras sea considerado como peligroso.
En el caso contrario, será sometido a un tratamiento psiquiátrico en un establecimiento cerrado, potencialmente de por vida. En la cárcel o en un manicomio, la fiscalía espera que el asesino no recupere nunca más la libertad.
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