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miércoles, 14 de abril de 2010

Los farmacéuticos ya han detectado efectos adversos en la píldora del día después...

Sangrados, trombos y, sobre todo, un uso inadecuado y excesivo son algunos de los problemas a los que los farmacéuticos españoles se enfrentan cuando dispensan la píldora del día después. Los riesgos son bien conocidos desde hace ocho años, cuando el fármaco llegó a España. Pero, desde que comenzara la dispensación sin receta, hace casi cuatro meses, la preocupación de los profesionales es mayor. Ana María Menéndez, farmacéutica de la madrileña calle San Dámaso, cuenta que en los últimos años ha conocido, al menos, dos reacciones adversas al levonorgestrel. «Una chica, de unos 21 años, paciente habitual, vino a pedirme un anticonceptivo con levonorgestrel para tratarse el acné. No se lo di, porque creí que no lo necesitaba, pero ella se lo tomó. Al cabo de unas semanas sufrió un trombo cerebral que a punto estuvo de dejarla tetrapléjica». No fue el único caso. También tuvo noticias de una joven que «no llegaba a los 18 años» y «acabó en Urgencias por una hemorragia masiva» tras tomar la píldora del día después. Por casos como éstos, Menéndez es una de las 3.000 farmacéuticas que no dispensa este fármaco.

52% DE LAS USUARIAS son «reincidentes»
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Sin embargo, Sanidad ni siquiera reconoce el derecho a la objeción, por lo que la mayoría de los profesionales se ven obligados a dispensar la píldora postcoital sin receta. Algunos toman sus propias precauciones. «Nosotros no la damos por debajo de los 16 años, y siempre explicamos antes los riesgos», aclara Rosa María Lastra, titular de la farmacia que lleva su nombre en Madrid. Pese a las cautelas, señala que, desde que se liberalizó su comercialización, ha detectado numerosas irregularidades. «Hay colegas que me comentan que algunas chicas ya se la toman todos los fines de semana. O, incluso, dos veces por semana. Nosotros intentamos decirles que, por favor, esperen al menos un mes, aunque el mínimo son tres meses. Pero no siempre funciona, porque a veces ni siquiera vienen las chicas: vienen sus novios. El otro día llegaron dos chicos de 15 años pidiéndola para una amiga. Les dije que tenía que venir ella misma y no volvieron. A saber lo que habría detrás de eso». A su juicio, «lo ideal es que hubiera un control médico».

 

R. Serrano LA RAZON | España.

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